El cambio tecnológico exige conexiones más fuertes y más continuas entre la educación, la creatividad y el empleo. El cambio se evidencia con mayor énfasis en el ámbito de la educación, en el que cada vez más cosas se hacen aprovechando la red y sus posibilidades.
En una época en la que los adolescentes son nativos digitales, incorporar la tecnología a la educación aporta una serie de beneficios que ayudan a mejorar la eficiencia y la productividad en el aula, así como a aumentar el interés de los niños y adolescentes en las actividades académicas. Los docentes tienen la facilidad que la tecnología brinda, desde más de 3 décadas los procesadores de texto, las calculadoras y los ordenadores optimizan el proceso educativo.
Un sin fin de recursos educativos (pizarras interactivas, aulas virtuales, etc., mantienen la atención de los estudiantes con más facilidad. Las personas aprovechan mejor la tecnología en las jornadas laborales, esto permite ahorrar tiempo, por que agiliza el proceso del flujo de trabajo. Los sistemas digitales de archivo sirven para ahorrar espacio, papel y costes de impresión.
El uso de sistemas informáticos permite realizar correcciones al instante. Los recursos como archivos electrónicos y el acceso a tecnologías de la información están disponibles con sólo pulsar un botón.
Fuente: The economist
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